Manzanas – Semen

“Que irónico termina todo”Pensaba aquel ser andrógino, ahora hecho añicos al ver aquellas primeras palabras escritas con cicatrices, hace ya bastante tiempo.

Bastante a sus ojos y nada ante el reloj.

Aquel soberbio conjunto de letras le hería en el punto más recóndito de sus ya desgastadas hojas.

Una pluma sin tinta termina por romper la hoja al remarcar.

Una navaja sin filo.

Sería un verdadero crimen remarcar con estos momentos tan insípidos aquellos pesares que acompañaban tan melancólicos los sones dolidos.

El vil tormento del frío y el abandono parecían lejanos en comparación con esta imitación vacía.

La pluma no tiene tinta, si el papel no quiere que le escriban.

“Que irónico termina todo”

Pensaba aquel ser andrógino al acariciar las vías del tren con aquel andar hipnotizante.

Manzanas – Semen

Dulce

En un sopor delirante.Una agonía terrible donde el único consuelo son unas ligeras palabras a través de un sintético mundo que me ha dado el placer de conocerle y la desgracia de quererle.
Tal es el palpitar de mi ya maltrecho corazón al ver su rostro, bello cuál musa de medianoche.

Maldigo las noches y maldigo sus estrellas por no darme un momento de calma, por no ser tan hermosas como sus ojos.

Y en tal vacío de la lejanía recuesto mis penas.

Dónde las perspectivas se marchitan y los panoramas de la mente perecen siendo alimento de carroñeros.

Hermoso, funeral.

Todo muere, todo se extingue menos sus ojos.

Mientras la mente es atormentada al no poder asimilar tan sublime existencia.
No, el amor hoy no toca mis abismos.

Pero su sopor es incontables veces más hermoso de lo que cualquier delirio opio u piadoso podría brindarme.


Aquellos Dulces lechos de muerte que disfrutan mis adentros cada que nuestras ausencias coinciden.
Valeria, Bumm.

Carcomer de mis ojos, adueñados de aquellos que me siguen hasta en pesadillas.
No, no exagero.

Dulce

Dulce

No me preguntes por qué, pero eres tú. Siempre que estás, ausente pero logras tener una presencia más sublime que cualquier materia. Un tópico escalofriante y difícil de tocar, no por que fuese absurdo, sino porque es algo que en un punto siento que es sólo mío, sentiría celos de explicárselo a alguien más que no fueras tú, miedo que alguien más sintiera la desesperación de saber cómo es que no estés, calmada por ese ligero pero fuerte delirio sedante, la seguridad de saber que existes y que en cierto punto sé que estás ahí para mi.Eres tú y te acompañan canciones nubladas, Valeria.

Dulce

Dulce

Se volvió más que una frase, más que una broma personal. Se volvió una razón de adrenalina, un rubor en las mejillas, un brillo en las pupilas, un anti a todo lo que había conocido. Bastaron 6 segundos y una mirada para destruir por completo todo lo que había creído y establecido en años.Todo a la mierda, de una manera masoquista y hermosa, podía sentir como colapsaba e inmediatamente se erguía, tan irreal, aún así tan claro como la reacción en mis pantalones.

Un momento realmente extraño en mi vida.”
¿Puedes respirar?

No importa.

Dulce

Dulce

Nunca lo sentí como “ella”

En realidad nunca me he sentido con un sexo definido así, mujer.

No sé, a veces divagando en mis pensamientos me veía así no sé.

En el futuro y me veía como un hombre y era raro.

No sé, tal vez sólo soy una persona, no, ni siquiera eso, no sé.
Sólo soy algo vivo. ¿oye vivo?

OYE NO LO SÉ
Que mierda soy, sólo soy un montón de átomos en el universo.
Qué sentido tiene todo :c

Dulce

Orquídeas. Pt. 2

“Después de todo, quién iría a notarlo, sólo el cuerpo en putrefacción de otra puta crucificada, nadie habría de gastar algo de su tiempo en ello, ni el ave de rapiña que defecaba sobre ella angustiosamente, ni los locales forzandose a acostumbrarse al hedor, negándose a asimilar que había algo diferente en el panorama, ni siquiera el aleteo de las moscas, ni el viento produjo ruido alguno, más que el sentimiento pesarozo y enfermizo que esparcía junto con cada fragmento de pellejo decadente…”

Orquídeas. Pt. 2

Primer Semestre – 7:00 am.

Las larvas se arrastran de una manera casi sexual, las alcantarillas evaporan todos esos dulces aromas mientras los vagabundos se regodean entre sus propias heces y miserias, el viento dice “no” y las ganas de no tenerlas predominan en el ambiente.

No me gusta levantarme temprano, la mañana vista con 3 putas horas de sueño, la decadencia descarada en todo su esplendor.

La saliva seca del mundo cruje bajo nuestras espaldas.

¿Dónde está su fé ahora?

Las putas y las ratas posan sus fétidos cuerpos para descansar mientras nos dan paso y turno a ser las zuripantas diurnas.

Como putos judíos al horno, con una marcha forzada, como bovinos resignados al matadero, juntamos las manos, vemos hacia el cielo esperando ser impregnados indiscriminadamente por aquellos espermas divinos.
No me gusta levantarme temprano, la mañana vista con 3 putas horas de sueño.

Primer Semestre – 7:00 am.

Noviembre – 3:27

A veces me detengo frente a la tienda. Decadente lugar, huele a orines y a humo de mofle, hiede a mierda y a desesperación, mucha de ella la emana el vago que siempre he visto sentado en la misma jardinera desde que llegué.

Me detengo y pienso que no tengo cigarrillos.

Que debería comprar unos.

Luego pienso que lo que tengo en la bolsa es lo único que tengo de dinero en ese momento.

Pienso en lo que tendría que hacer para ganar ese dinero, para poder comer, para poder vivir la semana.
Pienso que probablemente moriría

O al menos agonizaría de hambre.

Pienso en toda la gente hipócrita que se lamentaría de mi si muriera en tan deplorables condiciones.

Pienso en mi funeral, costaría más dinero del que necesitaría para vivir un mes.

En todos los buenos discursos que darían sobre mi, mentiras y mierda.

En que las personas que de verdad sintieran luto no aparecerían por ahí.

Ese círculo privado.

En cómo los gusanos comerían mi piel y órganos lenta y asquerosamente. ¡vaya festín de miseria!
En cómo mi muerte sería sólo una piedra en el zapato de la existencia ajena y después todo continuaría.

Pienso en todo eso mientras prendo el cigarrillo de la cajetilla que acabo de comprar.

Y camino.

Noviembre – 3:27

Loud – 11:45 pm.

Cada maldito día me levanto con menos ganas.

Más pesadez en los hombros y un sopor abrumante sobre las sienes.

Cada maldito día tomando el mismo camino, después de la misma rutina, la misma brisa fría, las mismas personas.

Sábado:

¿Por qué sigo fumando?

Dejó de gustarme hace semanas.

Me asquea, pero lo sigo haciendo.

Hay cierto placer detrás de esta asquerosa maña, que me mantiene en pie.

Veo a los viejos alrededor mío, exhalando todo ese humo.

¿Cuánto tiempo llevarán haciéndolo?

Para mi las posibilidades de tener cáncer deben de ser altas.

¿Cómo lo sé?

Simplemente lo sé.

Sé que el día que encuentre una razón para sacudirme este maldito pesar, algo fatal sucederá.

El solo pensar en eso me produce una sonrisa.

Lógica:

Salir a un lugar atestado de gente y mentalmente pedirles que se callen el pinche hocico y se alejen.

El sonido de un envase de cerveza fragmentandose en el suelo rompe mi línea de pensamiento.

Doy un trago a mi cerveza, abandonada los últimos minutos.

Está tibia, sin gas, horrible.

Doy un vistazo alrededor, cada quién en sus asuntos, excepto por un pequeño grupo mirándome con un tono de burla.

Probablemente si viviera gozando de la inconsciencia y viera a un pobre imbécil escribiendo sus divagues entre un nido de miseria personal lo vería de la misma forma.

¿Cómo puedo lograr incomodar gente solamente con ocupar un lugar en el mismo sitio donde existen?

Termino mi cerveza.

El último sorbo no me sabe más a orina caliente, hay un cierto sentimiento cínico en él, algo que causa un pequeño brote de euforia muy dentro de mi podredumbre personal.

Pido otra cerveza, esta vez pensando en beberla mientras se mantiene fría.

Experimentar si ese cinismo yace dentro del alcohol o si realmente es mi demencia o mi estupidez.

Esa pequeña chispa que hace una media sonrisa.

Eso debe de ser, la inercia en mis acciones vacías, la línea invisible que guía mis rutinas en un deshecho predeterminado.

Lo que realmente sacude mi spleen y puede dejarme sin el poder del habla.

Otra noche, sin la misma maldita gana.

Loud – 11:45 pm.

Zepelios

Qué bueno era.

Cómo desearíamos tenerlo en vida, para que viese todas las personas que conoció, reunidas en su causa.

Ahogados en un pésame colectivo.

Congregadas para saldar sus conciencias, para jactarse unas a las otras lo mucho que les importabas.

Para presumir sus ropas elegantes en tonos oscuros.

“Qué suerte que has muerto en invierno”

Pensarán los más superfluos, los que llevarán las flores más vistosas, las que proferirán las palabras más confortantes y conmovedoras.

Todos aquellos que te creímos un patán, erguidos frente a tus restos encajonados, con el orgullo en alto, escondido pero en alto.

Todos aquellos que pasamos por una crisis, encorvados nos consolamos, al menos no nos hemos de descomponer tan pronto como tú.

Toda una ceremonia para ti, bastardo egoísta.

Toda la atención sobre ti, petulante imbécil.

Las rosas comienzan a caer sobre ti.

Costosas flores, demasiado hermosas para ser desperdiciadas sobre ti.

Después de todo, lo único significante que lograste en toda tu pérfida existencia, tomando en cuenta que aún eres una carcaza de lo que solías ser, aunque nunca fuiste tanto.

Lo único que lograste fue juntar a esta parranda de fanfarrones hipócritas.

Deberías solamente de ser lanzado al olvido, no ocupar un espacio en la tierra.

El concreto es colocado sobre ti, exclamando débilmente palabras escritas sin gana ni sentimiento alguno.

Una corona de hipocresía para tu eternidad.

¿Y los que de verdad te lloran?

La pena les ha de impedir el paso, una vergüenza auténtica que ha de crecer año con año.

Qué bueno eras.

Casi un santo.

Inmaculado.

Pútrido.

Un pendejo.

Qué bueno eras. 

Zepelios