Dulce

En un sopor delirante.Una agonía terrible donde el único consuelo son unas ligeras palabras a través de un sintético mundo que me ha dado el placer de conocerle y la desgracia de quererle.
Tal es el palpitar de mi ya maltrecho corazón al ver su rostro, bello cuál musa de medianoche.

Maldigo las noches y maldigo sus estrellas por no darme un momento de calma, por no ser tan hermosas como sus ojos.

Y en tal vacío de la lejanía recuesto mis penas.

Dónde las perspectivas se marchitan y los panoramas de la mente perecen siendo alimento de carroñeros.

Hermoso, funeral.

Todo muere, todo se extingue menos sus ojos.

Mientras la mente es atormentada al no poder asimilar tan sublime existencia.
No, el amor hoy no toca mis abismos.

Pero su sopor es incontables veces más hermoso de lo que cualquier delirio opio u piadoso podría brindarme.


Aquellos Dulces lechos de muerte que disfrutan mis adentros cada que nuestras ausencias coinciden.
Valeria, Bumm.

Carcomer de mis ojos, adueñados de aquellos que me siguen hasta en pesadillas.
No, no exagero.

Dulce

Leave a comment