1:23 am.

Hipnótica.
Era hipnótico su caminar.

Sus ojos, como siempre, negros.

Eran casi inexistentes, ausentes en sus cuencas oscuras.
Al mismo tiempo que la enfermedad subía por mi garganta su paso se alentaba.

Ella lo sabía.
Hipnotizante.

Esa era mi enfermedad.

1:23 am.

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