Arañas Pt. 2

Los últimos tres días se diferenciaban de todos los demás.

Me sentía intranquilo, ansioso.

El estado ciegamente enfocado que acompaña a la privación de sueño se volcaba lentamente hasta volverse histeria.

Podía sentir las venas en mis ojos palpitar y una dificultad en los párpados al levantarlos.

Aún así lo que realmente me molestaba era el tedio.

Después de años de no hacerlo, utilicé la TV como acompañante.

Aunque comparado como antes, ahora le prestaba la menor atención.

Hace tres noches, al cerrar un libro, el cuál leía boca arriba, la noté.

Una araña.

Cruzó elegantemente por el techo, se posó frente a la TV. Se quedó inmóvil.

La segunda noche hizo lo mismo, exactamente 2:34 de la mañana.

La tercera noche hizo lo mismo.

Misma hora, mismo recorrido.

Trataba de no prestarle atención, pero anoche no pude evitarlo.

La observé.

Para mi sorpresa un escalofrío recorrió mi espalda, dejándola helada.

Algo me dijo que ella me observaba de vuelta.

Algo me decía que nuestras miradas estaban fijas la una sobre la otra.

Pensé en matarla.

Puta araña de mierda.

Pero no, no lo iba a hacer.

Me mantuve despierto hasta las 6:45 am.

Hasta ver el primer rayo de sol.

Ella seguía donde mismo.

Al despertar no estaba más.

Al despertar me encontré con dos moridas de araña, entre mi pulgar e índice.

Sé que no la he de volver a ver.

Y que tengo algo para acompañar a mi insomnia.

Algo que asegurará que esta no vaya a ningún lugar.

Arañas Pt. 2

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