¿Qué hace alguien cómo él con alguien como ella?
De verdad, es feo como una patada en el coño, tiene la carisma de una ladilla nadando en el café.
Podría ser yo en ese lugar. De no ser por la pasión que siento hacia una autodestrucción pasiva/agresiva, lenta, totalmente tediosa. Y es tan jodidamente gracioso como las cosas se conectan.
Lo más importante.
¿Qué hace alguien como yo en un lugar como este, un sábado a la 1:38 am?
Le cedo mi lugar a esa gente fea, horrenda, con su ropa combinada insípidamente y sus borracheras monótonas, les cedo mi lugar porque no llevo conmigo el don, la virtud de la disciplina.
Espero la disfruten, de no gustarme tanto la miseria, ellos no estarían ahí.
Este lugar al que llamo trabajo, apesta a comida rancia y perro muerto, la combinación de una luz amarilla, un amarillo cáncer como iluminación y un verde pululento en los cubículos le daban el aspecto perfecto.
Era el chiquero ideal, el jodido paraíso.
No había un lugar mejor para trabajar un turno nocturno. Todas las comodidades de conservar tu alma y ver tu dignidad siendo follada grupalmente por el hedor y la húmedad de la alfombra. Pero aún así conservar el alma, guardarla como un secreto en tu garganta.
Para cuando llegué a mi cubículo, ya había una llamada.
-Hola
-Hola querido, buenas noches -exclamé en el tono más fingido que mi voz pudo exclamar-
-¿Qué estás usando?
-Un vestido rojo de látex, de hecho temo que en cualquier momento tenga que agacharme por algo y quede expuesta mi…
-¡NO! NO LO DIGAS AÚN
-Está bien amor, cálmate. Puedo ser sumisa también
-No, sólo…háblame de tu día
-Pues, agitado, tanto ir hacia aquí, hacia allá ¿qué tal el tuyo?
-Bien amor, he pagado la hipoteca de la casa y mañana escogeremos tu nuevo auto.
-…
-Vamos, continúa -exclamó el tipo de forma violenta-
-Oh, eso es, excelente.
-Tal vez puedas hacer un pavo para la cena hoy e invitar a nuestras amistades
-Claro querido, no puedo esperar a que termine esa cena, no puedo esperar a quedarme a solas contigo y meter tu polla gorda hasta que me inundes con semen hasta que escurra hasta mis pechos
-UNnnnngh ¡NO! ¡AÚN NO! ZORRA ESTÚPIDA ME HAS HECHO VENIRME PUTA DESGRAC…
Bueno, siguen siendo 10 dólares con 47 centavos el minuto.
Me levanto hacia la máquina de café. No hay capuccinos de nuevo. Capuccino Moca solamente, el cuál es demasiado dulce y el Americano carece de ese algo.
Abril es el mes más cruel pero un Capuccino natural es el más delicioso de los cafés.
Al entrar de nuevo, escucho mi teléfono sonar.
No me importa contestar a tiempo, pero no cesa de timbrar.
Tomo asiento y doy un largo sorbo a mi café. Noto que Emil, en el cubículo de enfrente en realidad le prende trabajar en una hotline. Tanto que termina escupiéndose la verga y estimulándola como si no hubiese un mañana. Al menos él hace su trabajo bien, al menos le gusta. Puñetero Emil infeliz.
Contesto mi amarillento teléfono y me reclino en mi asiento.
-…
-…
-…
-Hola -usualmente ellos hablan primero, así que uso mi mejor voz, este podría durar horas-
-Hola ¿Puedo saber tu nombre?
-Kitten
-Tu verdadero nombre
-Odd Kitten
-No te escuchas como una chica hotline, Kitten. Te falta ese esfuerzo over the top, ese erotismo de plástico. Suenas como una persona de verdad que existe fuera del aurícular, no una Kitty plástica que hace check in/check out.
-Vaya querido, eres todo un Sherlock, eso es tan, tan atractivo, debes tener una polla enorme.
-Mi nombre es Nils
-Nils, ahora sé que gritar mientras te ordeno cómo debes de agitar esa verga.
-También lo sientes ¿No Kitten?
-Sí, quisiera sentirlo contra mis caderas
-Sientes el horrible sopor sobre nosotros.
-Puedo sentir lo que quieras que sienta
-Para la mierda Kitten.
-…Oiga, mire, han pasado minutos que ya tendrá que pagar, si gusta ponerse así, le recomiendo llamar a Angie. Qué va, llame a Emil.
-No me interesa hablar con ellos Kitten. Sé que quisieras estar en otro lado justo ahora, vistiendo otra ropa, un lugar con mejor selección, donde puedas elegir la ropa para que combine con tu pálida complexión. Eres humana.
-Está usted drogado hasta el culo
-No, no lo estoy. Y tú tampoco lo estarás si cuelgas.
-¿Qué es lo que quiere imbécil?
-Quiero saber que no soy el único en esta puta ciudad que lo nota, la nube sobre nosotros. ¿Cuándo fue la última vez que viste el sol?
-Hoy por la tarde.
-Viste la luz a través de las nubes. ¿Cuándo lo viste por última vez?
-No lo sé idiota, no me importa.
-Ah, pero lo notas, Kitten. Notas que alguna clase de magnetismo te mantiene aquí, atada, notas la rabia, la impotencia de saber que estás aquí siendo quien no deberías ser en un lugar donde no deberías estar. Que un atardecer en tonos naranjas sería mejor que benzos y escuchar como el semen salpica a través de las habitaciones de pobres diablos. ¿Quieres que lo finga? OOOOH OOOH SÍ KITTY KITTEN, TUS JODIDOS PEZONES ROSADOS, TE AMO, TE AMO. ¿Es eso lo que buscabas?
-Señor, no sé de que rayos me habla
-Me llamo Niels. Y ya que no llamo para escucharte balbucear una fantasía mientras masajeo mi verga, me gustaría, por favor, saber tu nombre.
-…Viviana
-Viviana, hermoso nombre. Dime, Vivs. ¿Cuál es tu propósito en este lugar? ¿Cobrar hoy, comprar sedantes, ir al club local, ver una banda, recoger una cogida casual, comprar vino, cigarrillos y pan, pagar las cuentas y repetir?
-No
-Ni siquiera estás segura de lo que quieres, pero estás aquí. Y es el magnetismo en el centro de la ciudad. La nube por encima y cosas que no puedes imaginarte en las orillas, cosas que no podrías pasar, cosas que no conoces y tu sentido común te mantendrá alejada de esos lugares.
-…
-No estoy loco, Viviana. Lo sabes. Pero tengo que salir de aquí. Ahora dime, ¿escuchas esto?
-¿Qué fue eso?
-Un revólver. Me rehuso a quedarme aquí. Y sé que morir naturalmente te confina a este lugar por el resto de tus días. Pero no yo. Quiero que alguien consciente lo sepa.
-Niels, no hagas nada estúpido, aún puedo ayudarle…
-¿Qué tienes puesto?
-Un vestido negro
-Quiero detalles
-Vestido negro, medias de red, botas,
-Bien, quiero que rasgues las medias y pongas tus dedos alrededor de tu vagina
-Espera, no…
-Es un deseo de muerte
-No puedo
-HAZLO, MALDITA SEA
Así que rasgué mis medias, puse mis dedos alrededor de mi vagina, no sé que era, si el miedo o el shock, pero la voz de Niels era hermosa.
-Niels, no lo hagas -le comenté entre gemidos-
-Cuéntame de tus álbumes favoritos, Viviana
-No lo sé, no lo sé -contesté cada vez más agitada, podía sentir cómo los dos conectabamos esa tensión sexual-
-P-piensa en uno, solamente
-Disintegration.
-Joder Viviana
La cosa transcurrió así, Emil se había marchado y la sala era para mi sóla. Ahí estaba, masturbándome con toda la rabia que nunca había sentido, sóla en el salón de cubículos, masturbándome furiosamente hacia un demente suicida.
-Viviana, sabes rezar
-No.
-Recítame el Padre nuestro.
-…
-HAZLO O DISPARARÉ YA
-P-padre nuestro que estás en los cielos
-No te detengas
-Santificado sea tu nombre, venga a nos…
-¡MÁS FUERTE!
-VENGA A NOSOTROS TU REINO, HÁGASE TU VOL…
-Siempre esperé a una guía que me tomase de la mano. Gracias Viviana, sal de aquí, sal de aquí, sal de aquí.
-EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO DAN…
- B L A M !
La inmovilidad se apoderó de mi.
Neils estaba muerto.
Murió hablando conmigo.
Murió dándome el mejor orgasmo de mi vida.
Me toma 15 minutos recuperar el aliento.
Me pongo mi chaqueta y salgo hacia la salida, aún las piernas temblando.
Me senté en parque cercano, con los oídos aún tapados, con ese zumbido que le precede al placer, el cuál de alguna manera opaca, pero estimula todo alrededor.
Me senté y noté como las nubes esparcían un poco.
Camino y me detengo, me apoyo sobre la vieja y oxidada barandilla.
Miro bajo el puente.
Siguen fuentes ahí debajo.
Aún llueve bajo el puente