Lejos de Rusia, cerca del Infierno.

Estoy en mis últimos 50 pesos.
En cualquier momento me cortarán la luz, eso hará que se apague la TV.
Tendré que salir. Odio salir.
¿Por qué no puede uno trabajar una vez en la vida y después retirarse?

Ahí está, se ha apagado la TV.

Rápido, salgamos de aquí antes que comiencen las voces de nuevo.

Mi nombre es. Bueno, no les voy a decir mi nombre, eso haría que supieran quién soy y si alguien supiera lo que les voy a decir.
Que al obispo le gusta ponerse lencería y que le azoten, que el presidente es coprofílico, que Doña Pelos te masturba por 25 pesos y no se lava las manos al preparar las siguientes garnachas, que Zafiro en realidad se llamaba Miguel.

Me lincharían.

La vida en la ciudad de MA****LA es un constante recordatorio que dios existe, ganó las elecciones en el 666 BBY haciendo un fraude en contra de Belcebú y bueno, MALA es esa empresa fantasma donde se lava dinero, pero no el dinero chingón, ese dinero destinado a las pensiones de las teiboleras que embarazó el junior del dueño, eso somos nosotros, un lavadero de almas menor, un mingitorio en un antro lleno de pitochicos.

Nadie entra o sale de MALA. Nadie sabe cómo llegó aquí o cómo salir, nadie ha visto el día en años, tampoco la noche. Vivimos en un crepúsculo perpetuo, uno que parece ser inducido por smog, niebla y un concierto de cartel de santa, dibujado por Bruce Timm y entintado por un mono rabioso que no tiene más recetas para prozac y  escuchó a Bauhaus toda la noche.

Las calles están llenas de grietas y parecen estar siempre vacías. Creo que es navidad.

Nada te indica una fecha exacta aquí.

Camino hasta la tienda de autoservicio, una de las joyas de este estercolero.
Nadie debe de saberlo, pero este es un portal, aquí puedes saber qué sucede en la realidad fuera de este limbo.
MALA es ESE lugar.
¿Recuerdas todos esos calcetines que metiste a la lavadora y nunca salieron?
Probablemente terminaron en la verga de algún vagabundo aquí en MALA.
¿Esa tarea que estás seguro de haber hecho pero desapareció misteriosamente?
¿El dinero que debías al mafioso en potencia por el cuál rompieron dos de tus dedos?
¿Tu dignidad después de haberle chupado el pito a ese chico en los baños de la prepa?

TODO está aquí en MALA.

El estante de revistas es el único portal hacia el exterior.
Nadie lee aquí en MALA si no es un post de clickbait en facebook (Zuckerberg sabe que existimos) Así que el estante mágico pasa desapercibido.
Y al parecer el mundo exterior sigue siendo una basura aburrida.

Nadie nunca sale o entra de MALA.
Puedes perderte y pretender que has salido, pero cuando abras los ojos estarás aquí, tú y todos los que alguna vez te rodearon.
Si caminas lo suficientemente lejos conocerás nuevos lugares, pero cuando eventualmente te desmayes de cansancio, despertarás en el corazón de MALA.
La única manera de salir de aquí es si mueres y todos te olvidan, pero eso no sucederá.
Si tienes la suerte de morir, serás el tema de conversación de todos, por un largo, largo, largo tiempo. Eso significa que seguirás ahí.

Vuelco mi atención hacia la cajera, una tipa nueva de grandes tetas y ojos enormes.
Es divertido porque jamás la había visto y a juzgar por su maquillaje, probablemente cree que este es un lugar genial. Pobre estúpida.
Le propongo mostrarle el lugar más lúgubre de MALA si me enseña su escote.
Antes que se de cuenta estoy con la cabeza entre sus piernas e inmediatamente mi verga en su culo.

Qué día.
Ahora no podré volver al autoservicio.

Con el dinero que hurté de su bolsa mientras seguía retorciéndose por la estimulación anal de plutoneo puedo pagar la luz, mierda, tal vez hasta pueda pagar el agua y volver a comprar café.

Mierda, lo olvidaba.
No hay servicio en navidad.

Lejos de Rusia, cerca del Infierno.